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" Ide por todo o mundo
e pregai o evangelho."
                 Marcos 16:15
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Lección de Escuela Sabática 
Martes 27 de Febrero
NUESTRA MEJOR OFRENDA

Lee Lucas 7:37 al 47 ( CB ) . ¿Qué nos enseña esta historia acerca de la motivación adecuada para ofrendarle a Dios?

María entró en la habitación y vio que Jesús estaba recostado a la mesa. Rompió el recipiente de alabastro de costoso nardo y lo derramó sobre él. Algunos pensaban que su acto era inadecuado, considerando que la vida que llevaba era ilícita. Pero María había sido liberada de la posesión demoníaca (Luc. 8:2). Más adelante, después de presenciar la resurrección de Lázaro, rebosaba de gratitud. El perfume era la posesión más valiosa que poseía, y fue su manera de demostrarle gratitud a Jesús.
Esta historia capta cuál debiera ser nuestra verdadera motivación al dar nuestras ofrendas: la gratitud. A fin de cuentas, ¿qué otra respuesta debiéramos ofrecer por el inestimable don de la gracia de Dios? Su generosidad también nos impulsa a dar, y junto con nuestra gratitud, ambos constituyen los ingredientes de las ofrendas significativas, incluyendo el tiempo, los talentos, los tesoros y el cuerpo.

Lee Éxodo 34:26 ( CB ) ; Levítico 22:19 al 24 ( CB ) ; y Números 18:29 ( CB ) . Si bien el contexto es completamente diferente al actual, ¿qué principio podemos sacar de estos versículos en relación con nuestras ofrendas?

Nuestras mejores ofrendas pueden parecer insuficientes a nuestra vista, pero son significativas a la vista de Dios. Darle a Dios lo mejor muestra que lo ponemos en primer lugar en nuestra vida. No damos ofrendas para recibir favores. Damos lo que tenemos en gratitud por lo que recibimos en Cristo Jesús.
“Una devoción y generosidad absolutas, impulsadas por un amor agradecido, impartirán a la más pequeña ofrenda, al sacrificio voluntario, una fragancia divina que hará inestimable el don. Pero después de haber entregado voluntariamente a nuestro Redentor todo lo que podemos darle, por valioso que sea para nosotros, si consideramos nuestra deuda de gratitud a Dios tal cual es en realidad, todo lo que podamos haber ofrecido nos parecerá muy insignificante y pobre. Pero los ángeles toman estas ofrendas que a nosotros nos parecen deficientes, y las presentan como una fragante oblación delante del trono, y son aceptadas” (TI 3:436).
Marcos 16:15